A la edad de 16 años terminé el bachillerato en Yahualica, Jalisco, con un promedio por arriba de 9; mi intención era continuar con mis estudios pero no pude por falta de recursos económicos. Esto sucedió hace exactamente 25 años.
Después comencé a trabajar en un invernadero con un sueldo muy bajo por cierto; al ver que había poco futuro para mí, empecé a juntar dinerito para un boleto en ferrocarril de Guadalajara a Mexicali. Por supuesto, mi destino eran Los Ángeles, California, en EU. Allí pase los cinco meses más difíciles de mi vida, donde sufrí de todo: discriminación, falta de cobijo y lo más triste, mucha hambre.
Una vez que encontré trabajo ya no tuve problemas en los siguientes siete años. Cuando a los 17 años crucé la frontera con otros dos amigos, mi frustración era muy grande, pero en mi mente sólo había un sueño: regresar a México para revertir esta amarga experiencia vivida de no poder ni estudiar, ni trabajar.
Hoy que estoy en donde puedo hacer algo para contribuir que se realicen las reformas estructurales que nuestro país necesita como la reforma laboral, la reforma fiscal y la reforma política, veo con frustración y tristeza que algunos grupos de poder no quieren dar ese paso. Ahora que estoy en las sesiones de la Comisión Permanente me doy cuenta de cómo perdemos el tiempo en lo efímero, en lo que no vale la pena, en lugar de actualizar nuestro marco jurídico y hacer frente a la problemática que está atentando contra la seguridad y el desarrollo de los ciudadanos mexicanos.
Con conocimiento de causa puedo asegurar que llevamos muchos años con la misma situación problemática: la falta de oportunidades de desarrollo, los altos índices de pobreza, de marginación, de educación y un gran desempleo.
Hoy veo que de los 19 millones de jóvenes que hay en México, entre 7.5 y 8 millones ni estudia, ni trabaja. Me preocupa mucho que si no llevamos a cabo estas reformas, nuestros jóvenes sean reclutados por el crimen organizado. El INEGI dice que en los próximos 10 años seguirá creciendo el número de jóvenes en edad productiva y esto, que debería de ser una oportunidad de desarrollo, podría convertirse en un problema social muy grave. Los muchachos no merecen esto.
Pasan los gobiernos, pasan las legislaturas y cada día que pasa, México retrocede más, en estas última semanas me impactaron dos noticias financieras: una de Citigroup, el grupo dueño del banco Banamex, recomendando a los accionistas tomar su utilidades en México y dirigirlas hacia otras economías con mejores expectativas, y la segunda que nuestro país por primera vez en los últimos 10 años, salió de la lista de los 20 países con mayor entrada de inversión extranjera directa de acuerdo con el informe de inversiones 2010 realizado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). La razón es contundente: una lenta recuperación de nuestro país ocasionada por falta de acuerdos políticos.
El presidente del Banco Mundial Robert Zoellick indica que aunque la pobreza ha disminuido en el mundo, no es el caso de países como China, India, México y Brasil. Añadió que uno de los principales desafíos de México es la distribución de su riqueza, además de las reformas estructurales y la regulación financiera.
Hoy en día tenemos en México una Ley Laboral de hace 40 años que está totalmente rebasada y que algunos grupos presionan para que no se cambie, para que mucha gente siga desempleada; a pesar de que en lo que va de esta legislatura (11 meses) se han presentado 55 iniciativas de reforma de ley.
Una Ley Hacendaria (miscelánea fiscal, diría yo) que cada año se modifica de acuerdo con la necesidad de ingresos, mas no para cubrir los rezagos de pobreza y de infraestructura; es la ley que más propuestas de modificación ha recibido este año, 226 iniciativas, destacando 48 que buscan la eficiencia recaudatoria y 37 que buscan estímulos fiscales. Esto pareciera ser un buen indicador, el problema es cuando se tiene que hacer una propuesta integral, ya que estamos conscientes de la urgencia pero no encontramos coincidencias en la forma.
Una Reforma Política que permita empoderar al ciudadano y no como sucede actualmente: deja el poder en unos cuantos. Esta ley ha sido abordada por todos los grupos parlamentarios en los últimos 10 años, de los nueve temas que propuso el presidente Calderón se han presentado 229 diferentes iniciativas de ley, 32 en lo que va de esta legislatura. Los tres temas que más dominan las iniciativas son el referéndum con 40, las candidaturas Independientes con 36 y la disminución de diputados y senadores con 32.
En los 11 meses de trabajo legislativo, cumplidos en la Cámara de Diputados, hemos presentado 313 iniciativas de ley y no alcanzo a entender cómo con tantas propuestas no existan coincidencias entre nosotros para que Reformemos a México. Claro que hay coincidencias, más bien creo que no ha existido una presión por parte de los ciudadanos hacia nosotros para obligarnos a sacar adelante estas reformas, o tal vez no ha existido una persona que deje a un lado este tipo de intereses para encontrar los mecanismos que nos permitan conectarnos en una misma sintonía y así terminar con tantos años de rezago social.
Soy diputado, pero antes que nada me siento un ciudadano común como muchos de ustedes: vengo desde abajo, aún recuerdo como de niño tenía que ir en las mañanas a hacer adobes de lodo o ladrillos, para llevar un poco de dinerito a mi casa, y como por la tarde me iba a la escuela a estudiar.
Si soy diputado federal es por el voto de miles de ciudadanos de mi distrito, que me dieron su confianza y que no debo defraudar. Agradezco a miles de ciudadanos de mi querido pueblo Etzatlán Jalisco, que me permitieron ser presidente municipal por tres años, y ahora mi deber es ayudar a todos los mexicanos a tener una mejor calidad de vida.
A partir de este momento me convierto en el principal promotor de estas tres reformas, es por eso que te pido la confianza y el apoyo a ti y a millones de ciudadanos, a los líderes sociales, a los líderes de opinión que han firmado el desplegado de la generación del no, a los trabajadores, a los empresarios, a las mujeres y muy en especial a los jóvenes a que “Reformemos a México”. Y así todos y cada uno de nosotros, desde nuestra trinchera, contribuyamos a lograr un desarrollo más acelerado para hacer de México un país más competitivo y equitativo en la distribución de su riqueza.
En los próximos días daremos a conocer la agenda de trabajo que nos permita tener un contacto más directo en cada una de las entidades federativas para que nos hagas llegar tu apoyo por medios electrónicos o por escrito y así lograr que los diputados y senadores de las diferentes bancadas aprueben estas reformas que nuestro país necesita.
Twitter: @IgnacioTellez
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